domingo, 30 de marzo de 2008

Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria

Federación Universitaria de Còrdoba, 1918

Hombres de una república libre, acabamos de romper la última cadena que, en pleno siglo XX, nos ataba a la antigua denominación monárquica y monástica. Hemos resuelto llamar a todas las cosas por el nombre que tienen. Córdoba se redime. Desde hoy contamos para el país una vergüenza menos y una libertad mas. Los dolores que quedan son las libertades que faltan. Creemos no equivocarnos; las resonancias del corazón nos lo advierten: estamos pisando sobre una revolución, estamos viviendo una hora americana.

La rebeldía estalla en Córdoba y es violenta porque aquí los tiranos se habían ensoberbecido y era necesario borrar para siempre el recuerdo de los contrarrevolucionarios de Mayo. Las universidades han sido hasta aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y -lo que es peor aun- el lugar en donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara. Las universidades han llegado a ser así fiel reflejo de estas sociedades decadentes que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil. Por eso es que la ciencia frente a estas casas mudas y cerradas, pasa silenciosa o entra mutilada y grotesca al servicio burocrático. Cuando en un rapto fugaz abre sus puertas a los altos espíritus, es para arrepentirse luego y hacerles imposible la vida en su recinto. Por eso es que, dentro de semejante régimen, las fuerzas naturales llevan a mediocrizar la enseñanza, y el ensanchamiento vital de los organismos universitarios no es el fruto del desarrollo orgánico, sino el aliento de la periodicidad revolucionaria.

Nuestro régimen universitario -aún el mas reciente- es anacrónico. Está fundado sobre una especia de derecho divino; el derecho divino del profesorado universitario. Se crea a si mismo. En el nace y en el muere. Mantiene un alejamiento olímpico. La federación universitaria de Córdoba se alza para luchar contra este régimen y entiende que en ello le va la vida. Reclaman un gobierno estrictamente democrático y sostiene que el demos universitario, la soberanía, el derecho a darse el gobierno propio radica principalmente en los estudiantes. El concepto de autoridad que corresponde y acompaña a un director o a un maestro en un hogar de estudiantes universitarios no puede apoyarse en la fuerza de disciplinas extrañas a la sustancia misma de los estudios. La autoridad, en un hogar de estudiantes, no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando: enseñando.

Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil y por consiguiente infecunda. Toda la educación es una larga obra de amor a los que aprenden. Fundar la garantía de una paz fecunda en el artículo conminatorio de un reglamento o de un estatuto es, en todo caso, amparar un régimen cuartelario, pero no una labor de ciencia. Mantener la actual relación de gobernantes a gobernados es agitar el fermento de futuros trastornos. Las almas de los jóvenes deben ser movidas por fuerzas espirituales. Los gastados resortes de la autoridad que emana de la fuerza no se avienen con lo que reclaman el sentimiento y el concepto moderno de las universidades. El chasquido del látigo solo puede rubricar el silencio de los inconscientes o de los cobardes. La única actitud silenciosa, que cabe en un instituto de ciencia, es la del que escucha una verdad o la del que experimenta para crearla o comprobarla.

Por eso queremos arrancar de raíz en el organismo universitario el arcaico y bárbaro concepto de autoridad que en estas casas de estudio es un baluarte de absurda tiranía y solo sirve para proteger criminalmente la falsa dignidad y la falsa competencia. Ahora advertimos que la reciente reforma, sinceramente liberal, aportada a la Universidad de Córdoba por el Doctor José Nicolás Matienzo, solo ha venido a probar que el mal era mas afligente de lo que imaginábamos y que los antiguos privilegios disimulaban un estado de avanzada descomposición. La reforma Matienzo no ha inaugurado una democracia universitaria, ha sancionado el predominio de una casta de profesores. Los intereses creados en torno de los mediocres han encontrado en ella un inesperado apoyo. Se nos acusa ahora de insurrectos en nombre de un orden que no discutimos, pero que nada tiene que hacer con nosotros. Si ello es así, si en nombre del orden se nos quiere seguir burlando y embruteciendo, proclamamos bien alto el derecho sagrado a la insurrección. Entonces la única puerta que nos queda abierta a la esperanza es el destino heroico de la juventud. El sacrificio es nuestro mejor estimulo; la redención espiritual de las juventudes americanas, nuestra única recompensa, pues sabemos que nuestras verdades lo son -y dolorosas- de todo el continente. ¿Qué en nuestro país una ley -se dice-, la ley de Avellaneda, se opone a nuestros anhelos? Pues a reformar la ley, que nuestra salud moral lo esta exigiendo.

La juventud vive siempre en trance de heroísmo. Es desinteresada, es pura. No ha tenido tiempo aun de contaminarse. No se equivoca nunca en la elección de sus propios maestros. Ante los jóvenes no se hace mérito adulando o comprando. Hay que dejar que ellos mismos elijan sus maestros y directores, seguros de que el acierto a de coronar sus determinaciones. En adelante, solo podrán ser maestros en la futura república universitaria los verdaderos constructores de almas, los creadores de verdad, de belleza y de bien.

La juventud universitaria de Córdoba cree que a llegado la hora de plantear este grave problema a la consideración del país y de sus hombres representativos.

Los sucesos acaecidos recientemente en la Universidad de Córdoba, con motivo de la elección rectoral, aclaran singularmente nuestra razón en la manera de apreciar el conflicto universitario. La Federación Universitaria de Córdoba cree que debe hacer conocer al país y a América las circunstancias de orden moral y jurídico que invalidan el acto electoral verificado el 15 de junio. Al confesar los ideales y principios que mueven a la juventud en esta hora única de su vida, quiere referir los aspectos locales del conflicto y levantar bien alta la llama que esta quemando el viejo reducto de la opresión clerical. En la Universidad Nacional de Córdoba y en esta ciudad no se han presenciado desórdenes; se ha contemplado y se contempla el nacimiento de una verdadera revolución que a de agrupar bien pronto bajo su bandera a todos los hombres libres del continente. Referiremos los sucesos para que se vea cuánta razón nos asistía y cuánta vergüenza nos sacó a la cara la cobardía y la perfidia de los reaccionarios. Los actos de la violencia, de los cuales nos responsabilizamos íntegramente, se cumplían como en el ejercicio de puras ideas. Volteamos lo que representaba un alzamiento anacrónico y lo hicimos para poder levantar siquiera el corazón sobre esas ruinas. Aquellos representan también la medida de nuestra indignación en presencia de la miseria moral, de la simulación y del engaño artero que pretendía filtrarse con las apariencias de la legalidad. El sentido moral estaba oscurecido en las clases dirigentes por un fariseísmo tradicional y por una pavorosa indigencia de ideales.

El espectáculo que ofrecía la asamblea universitaria era repugnante. Grupos de amorales deseosos de captarse la buena voluntad del futuro Rector exploraban los contornos en el primer escrutinio, para inclinarse luego al bando que parecía asegurar el triunfo, sin recordar la adhesión públicamente empeñada, el compromiso de honor contraído por los intereses de la Universidad. Otros -los más-, en nombre del sentimiento religioso y bajo la advocación de la Companía de Jesús, exhortaban a la traición y al pronunciamiento subalterno. (¡Curiosa religión que enseña a menospreciar el honor y deprimir la personalidad! ¡Religión para vencidos o para esclavos!). Se había obtenido una reforma liberal mediante el sacrificio heroico de una juventud. Se creía haber conquistado una garantía y de la garantía se apoderaban los únicos enemigos de la reforma. En la sombra de los jesuitas habían preparado el triunfo de una profunda inmoralidad. Consentirla habría comportado otra traición. A la burla respondimos con la revolución. La mayoría expresaba la suma de la represión, de la ignorancia y del vicio. Entonces dimos la única lección que cumplía y espantamos para siempre la amenaza del dominio clerical.

La sanción moral es nuestra. El derecho también. Aquellos pudieron obtener la sanción jurídica, empotrarse en la ley. No se lo permitimos. Antes de que la iniquidad fuera un acto jurídico irrevocable y completo, nos apoderamos del salón de actos y arrojamos a la canallada, solo entonces amedrentada, a la vera de los claustros. Que esto es cierto lo patentiza el hecho de haber, a continuación sesionado en el propio salón de actos la Federación Universitaria y de haber firmado mil estudiantes sobre el mismo pupitre rectoral la declaración de huelga indefinida.

En efecto, los estatutos reformados disponen que la elección de Rector terminara en una sola sesión, proclamándose inmediatamente el resultado, previa lectura de cada una de las boletas y aprobación del acta respectiva. Afirmamos, sin temor de ser rectificados, que las boletas no fueron leídas, que el acta no fue aprobada, que el rector no fue proclamado y que, por consiguiente, para la ley, aun no existe rector de esta Universidad.

La juventud universitaria de Córdoba afirma que jamás hizo cuestión de nombres ni de empleos. Se levanto contra un régimen administrativo, contra un método docente, contra un concepto de autoridad. Las funciones publicas se ejercitaban en beneficio de determinadas camarillas. No se reformaban ni planes ni reglamentos por temor de que alguien en los cambios pudieran perder su empleo. La consigna de "hoy para ti, mañana para mi" corría de boca en boca y asumía la preeminencia de estatuto universitario. Los métodos docentes estaban viciados de un estrecho dogmatismo, contribuyendo a mantener a la universidad apartada de la ciencia y de las disciplinas modernas. Las lecciones, encerradas en la repetición interminable de viejos textos, amparaban el espíritu de rutina y de sumisión. Los cuerpos universitarios, celosos guardianes de los dogmas, trataban de mantener en clausura a la juventud, creyendo que la conspiración del silencio puede ser ejercitada en contra de la ciencia. Fue entonces cuando la oscura universidad mediterránea cerro sus puertas a Ferri, a Ferrero, a Palacios y a otros, ante el temor de que fuera perturbada su placida ignorancia. Hicimos entonces una santa revolución y el régimen cayo a nuestros golpes.

Creímos honradamente que nuestro esfuerzo había creado algo nuevo, que por lo menos la elevación de nuestros ideales merecía algún respeto. Asombrados, contemplamos entonces como se coaligaban para arrebatar nuestra conquista los mas crudos reaccionarios.

No podemos dejar librada nuestra suerte a la tiranía de una secta religiosa, ni al juego de interese egoístas. A ellos se nos quiere sacrificar. El que se titula rector de la Universidad de San Carlos ha dicho su primera palabra: "prefiero antes de renunciar que quede el tendal de cadáveres de los estudiantes". Palabras llenas de piedad y de amor, de respeto reverencioso a la disciplina; palabras dignas del jefe de una casa de altos estudios. No invoca ideales ni propósitos de acción cultural. Se siente custodiado por la fuerza y se alza soberbio y amenazador. ¡Armoniosa lección que acaba de dar a la juventud el primer ciudadano de una democracia universitaria!. Recojamos la lección, compañeros de toda América; acaso tenga el sentido de un presagio glorioso, la virtud de un llamamiento a la lucha suprema por la libertad; ella nos muestra al verdadero carácter de la autoridad universitaria, tiránica y obcecada, que ve en cada petición un agravio y en cada pensamiento una semilla de rebelión.

La juventud ya no pide. Exige que se le reconozca el derecho a exteriorizar ese pensamiento propio en los cuerpos universitarios por medio de sus representantes. Esta cansada de representar a los tiranos. Si ha sido capaz de realizar una revolución en las conciencias, no puede desconocérsele la capacidad de intervenir en el gobierno de su propia casa.

La juventud universitaria de Córdoba, por intermedio de su Federación, saluda a los compañeros de América toda y los incita a colaborar en la obra de libertad que inicia.

jueves, 27 de marzo de 2008

ESCUELA DE GOBIERNO 2008

Se encuentran disponibles los Cursos y Seminarios que integran el Programa Escuela

Un poco de historia - EL GRITO DE ALCORTA.....

EL GRITO DE ALCORTA
25 de junio de 1912

"Estos hombres de campo ya no luchan para si, sino por sus hogares y por sus hijos, para que tengan la seguridad de un futuro de la que ellos carecen. Estar a su lado en esta hora deberia ser la posicion de todo argentino".Dr. Francisco Netri
GRITO DE ALCORTA
El siglo transcurrido desde la Revolucion de Mayo habia modificado sustancialmente las estructuras heredadas de la Colonia y la generacion del 88 una vez lograda la insercion de nuestra economia en la division internacional del trabajo de los finales del siglo XIX, disfrutaba de una opulencia similar a la de las clases dirigentes europeas, de la que se hallaban sistematicamente excluidas las mayorias nacionales.
El "gobernar es poblar" se expresaba en la llegada de mas de tres millones de inmigrantes dedicados en gran parte a la agricultura, que llevaron la frontera agricola de 2.100.000 ha. en 1888 a 20.000.000 en 1912.
Pero esta gigantesca incorporacion de mano de obra se realizo a traves de leoninos contratos de arrendamientos quedando la propiedad en manos de la oligarquia terrateniente que la habia recibido de quienes habian gobernado el pais desde la independencia a la conquista del desierto, mas alla de algunos intentos validos pero insuficientes de colonizacion expresados en la enfiteusis de Rivadavia y en proyectos y leyes de los presidentes Sarmiento y Avellaneda.Estos contratos, verdaderos rosarios de explotacion, se fundaban en un desmesurado costo del arrendamiento, la obligacion de comprar los insumos y herramientas a los arrendadores a precios exorbitantes y de venderles lo producido a valores muy inferiores de los que realmente poseian.
Por mas que se trabajara de sol a sol, los esfuerzos no alcanzaban ni para dar un minimo de dignidad a las familias que llegadas desde una Europa desangrada por interminables guerras, venian con la ilusion de construir un futuro prospero.Una sucesion de malas cosechas, habia dejado a los agricultores en una situacion muy sensible pero fue la formidable cosecha de 1912 la que motivo el repentino salto de conciencia, al comprobarse que a pesar de ella, luego de pagar las ingentes deudas nada quedaba en los bolsillos de los chacareros.
Cuando la huelga estallo en la Sociedad Italiana de Alcorta el 25 de junio y rapidamente se propago en toda la region paralizando a mas de 100.000 agricultores, perseguia la modificacion de los contratos de arrendamientos, hecho que luego de una larga lucha se consiguio y que el Dr. Francisco Netri pago con su vida al caer ante las balas de la oligarquia asesina, pero en si llevaba el germen de solicitar un lugar en la sociedad que los habia convocado y que ahora le cerraba las puertas al progreso y al desarrollo.
El resultado directo fue la fundacion de la Federacion Agraria Argentina que se constituyo en la herramienta de los peque*os y medianos productores con la cual lucharon para mejorar sus condiciones de vida y acceder a la propiedad de la tierra.Y si bien el Grito de Alcorta no logro modificar de raiz la estructura agraria, creo las condiciones para que los gobiernos populares que a partir de 1916 llegaron al poder, cada dictadura militar produjo un nitido retroceso, permitieran una gradual democratizacion de la propiedad y el acceso de miles de agricultores a su porcion de tierra que le dieron el paisaje a toda una region y fueron el motor del desarrollo y el progreso en el siglo XX de nuestro pais.
LA CONTRARREFORMA DEL MENEMISMO
Si la lucha de los productores habia sido por lograr la propiedad de la tierra y con ello alcanzar progreso y bienestar, la batalla de fin de siglo es por no perderla y evitar la condena de miseria y marginacion que les espera a los "derrotados" por este modelo.Una decada de neoliberalismo significo la expulsion del medio rural de miles de productores que abandonados a su suerte a partir de la desarticulacion del estado, quedaron sometidos a las tempestades del mercado.
La imposicion de trabajar a perdida, origino descapitalizacion y atraso tecnologico, y se transformo en un gigantesco endeudamiento bancario que hoy alcanza mas de 7000 millones de dolares y es garantizado con 11 millones de hectareas hipotecadas solo en favor del Banco Nacion.Esta realidad que padecen miles y miles de peque*os y medianos productores, significa una presion irresistible de la cual muchos solo se han librado con la entrega de sus campos.
El resultado es la concentracion de la propiedad de la tierra en cada vez menos manos, un masivo exodo rural, el despoblamiento del interior, la aparicion de pueblos fantasmas y la llegada de nuevos pobres a changuear a las peque*as localidades primero y luego a los cinturones de marginacion de las grandes ciudades, mientras los Soros miden el pulso de nuestra produccion.
EL GRITO DEL INTERIOR
Pero si bien la gente de campo es por su idiosincracia bastante tranquila, no esta dispuesta a observar como en aras de la competitividad y la globalizacion culpable de todo lo bueno y lo malo de este gris fin de siglo, le arrebatan el pasado que hicieron sus abuelos, aquellos gringos de piel curtida y el futuro de sus hijos que quieren seguir siendo productores y vivir con los pies sobre su tierra.
A lo largo de estos a*os y aun cuando el modelo tenia una fuerte aceptacion social, la FAA enfrento publicamente estas politicas a traves de la denuncia y la movilizacion, y alerto a los productores y a la sociedad en su conjunto sobre sus catastroficos resultados si no se modificaban.
El final de este proceso encuentra en las rutas a miles de productores que realizaron en lo que va del a*o 2 paros agropecuarios y mas de 250 puebladas en defensa, como lo planteaban los hombres de Alcorta, de un lugar digno en la sociedad del siglo XXI.
Hoy aquel Grito se funde en las gargantas de sus herederos, pero tambien en el reclamo de los excluidos por este modelo, trabajadores, estudiantes, profesionales, pequeños empresarios, economias regionales, que no se resignan y aspiran a una Argentina para todos, en donde se conjugue el verbo so*ar, e imperen la justicia, la etica y la solidaridad.
Fuente: Federacion Agraria Argentina

"En democracia. Hacemos radio"


EL LEBENSOHN, AHORA EN RADIO

Lunes, martes y miércoles de 15.30 a 16, el Instituto Moisés Lebensohn emite su programa "En democracia. Hacemos radio" por FM 95.5 Radio Patricios con Alexandra López, Marcelo Guouman, Roy Rigotti, Hernán Cataldi y Pablo Amador entre otros miembros del IML.


También podés escucharnos, a través de Internet, entrando en http://www.ipradio.com.ar/asx/fmpatricios.asx